Recorrió el último tramo con las manos en los bolsillos de su abrigo. Estaba fresco y aunque ella no sintiera nada distinto al clima, debería aparentar que sí. Guardar tus manos en los bolsillos es algo típicamente humano que hacen en un día frio como este.

Cruzo la calle sin mirar si venia algún auto. Era de noche y las calles estaban casi desérticas. Cuando doblo en una esquina su garganta empezó arder y dio un carraspeo molesto. A sus fosas nasales llego el olor a sangre humana. Se llevó una mano a la garganta y frunció el ceño molesta por la intromisión de esos humanos. Contuvo la respiración cuando pasaron a su lado y soltó un suspiro. Debía calmarse, en pocos minutos entraría a un lugar lleno de humanos y ella estaba acostumbrada a controlar su sed. Había ido a cazar un par de animales al bosque antes de venir aquí pero aun así el ardor en la garganta era casi permanente.

Cuando levanto la vista visualizo el cartel de neón con el nombre del pub. Sonrió de lado. Se vería con su hermana gemela y ya había una gran fila de gente esperando para entrar. Contoneando sus caderas, corriendo su cabello de lado y haciendo resonar sus tacones en el asfalto. Como era de suponer muchos giraron a mirarla, odiaba eso. Fue directamente con el guardia que estaba en la puerta.

- Disculpe, ¿puedo pasar? Me están esperando adentro y no quiero hacerle perder el tiempo – dijo sonriendo encantadoramente. El guardia casi le da un paro, asintió con un leve movimiento de cabeza mirándola embobada y Giovanna entro al pub con toda su gracia al caminar.
Camino hacia la barra, se sentó en un taburete alto y le sonrió al cantinero.

- Quiero un whisky, por favor – pidió mientras tamborileaba los dedos sobre el mueble de madera. El cantinero le trajo el pedido rápidamente y alzo una ceja mientras se apoyaba en la barrera cerca de ella.

- La identificación, pelirroja – exigió el hombre con voz profesional.

Giovanna gruño en lo bajo, odiaba que le digan pelirroja. Alzo la vista y miro al hombre directamente a los ojos – No la traje y no quieres saber mi verdadera edad. Confórmate con que soy lo bastante mayor como para tomar. Ahora, vete – espetó y el hombre asintió inmediatamente como ido y huyo lejos de ella.
Giovanna meneo la cabeza por el estúpido humano y tomo un sorbo del whisky mientras esperaba aburrida a su hermana. ¿Dónde se había metido Roxanna ahora? Siempre igual.