Todo parecía tan irreal, como en las películas que tanto veía tío Emmett, era oscuro y tenía miedo, frío y sueño, las lágrimas quisieron salir pero me mordí el labio inferior tratando de contenerlas, intento fallido, aquellas cayeron por mi mejilla derecha deslizandose suavemente sobre mi cuello, sufrí un ligero estremecimiento, cerré los ojos tratando de pensar cosas felices, siempre funcionaba, pensé en papá y mamá, en mí junto a ellos, pensé en Jacob, traté de aferrarme a ésos pensamientos pero fue en vano, nadie estaba allí, estaba sola. El sonido de las gotas chocando contra el piso llamó mi atención y bajé la mirada, la escena fue impactante, mis manos estaban llenas de sangre, no precisamente de animal, luego todo se volvió borroso, lo único que divisé fue a Jacob tirado a un rincón, luego a mis padres, a mi familia, todos en el piso, uno a lado de otro, la sensación fue horrible, tenía ganas de llorar -nuevamente- pero ésta vez no podía, las lágrimas ni los gritos salían. Sentí la mano de alguien sobre mi hombro, quizá el responsable de todo ésto, volteé y sus ojos me aterrorizaron, eran rojos como la sangre que cubrían mis manos, su piel fina y pálida se arrugo para mostrarme una sonrisa, llevaba una capa roja y atrás de él estaban dos muy parecidos, la mano que en un principio se había posado sobre mi hombre quiso acariciarme y algunas gotas de sangre también manchaban su mano.

-¡No!-

Desperté sobresaltada, las lágrimas salían desbordadas por mis mejillas -Fue sólo un sueño, sólo éso- un sueño tan real, pensé. Mamá estuvo allí en menos de un segundo, siempre estaba allí para mí -siempre- y sabía que siempre lo iba a estar, me lo había dicho en diversas ocasiones y le creía sino ¿porqué hubiera arriesgado su vida al dejar que cresca dentro de su viente? Ella sabía todos los riesgos que implicaba ésto pero desde que supo que existía me cuidó y protegió, Jacob se encargó de contarme todo ésto ya que mis padres siguen pensando que no seré lo suficiente fuerte para aceptar algunas verdades, no juzgaba a absolutamente a nadie, yo pensaría igual que cada uno de ellos, allí era la amenaza.

Flash back.

Con los ojos llorosos recibió a su hija en sus brazos, estaba sin fuerzas pero soportó hasta poder verle el rostro a la pequeña, estaba extasiada, quizá todo lo que había pasado valió la pena, quizá todo el sufrimiento que aquella pequeña le causó de forma involuntaria haría que aquella humana alcanzara el éxtasis de felicidad. Una mueca de dolor pasó por su rostro haciendo que todo el que la estuviese viendo se ponga en alerta. -No, Nessie- el vampiro regañó con cariño a la bebé y la sacó de allí en cuando comprendió que su amada había dejado de respirar.

Fin del flash back.

La abrazé con todas mis fuerzas y le transmití cada pensamiento que había tenido cuando estaba en su vientre y cuando había sentido ése terror de no tenerla junto a mí.