Es una persona tímida y muy observadora, algo torpe también. Es muy responsable e inteligente (En Phoenix estaba en cursos adelantados). Se pone muy nerviosa cuando no puede estudiar la expresión de los demas, y por esto se muerde el labio constamente, pero sin llegar a sangrar. Bella se considera a sí misma una persona de poca belleza; sin embargo se nota a lo largo de la saga que muchos hombres son atraídos por ella. Es algo celosa respecto a las vampiras más
hermosas que ella. Odia el frío y la lluvia, pero finalmente se acostumbró a ellos y de hecho, ahora le resultan tan familiares que se siente extraña sin ellos. Le encanta leer, sobre todo su colección de Shakespeare. Es muy buena persona, odia ser el centro de atención y que se preocupen por ella. También sabe cocinar muy bien.
Según su madre Bella nació con 35 años y que nunca fue una adolescente. No demuestra mucho sus emociones, principalmente las de cariño (heredado de su padre, Charlie). Su olor de Shampoo favorito es el de fresa. No soporta el olor a sangre, según ella huele a óxido y sal. Su sangre es dulce para los vampiros, algo que le ha traído problemas durante toda la historia de la Saga.

Bella nació en Forks, pero su madre y su padre se separaron cuando ella tan sólo tenía seis meses. Ella pasó la mayoría de su vida en California y luego en Phoenix, Arizona dónde no era muy popular y nunca se sintió cómoda. Es bastante torpe y no puede hacer deporte ni bailar. Cuando su madre volvió a casarse, Bella decidió volver con su padre. Ella se sintió un poco culpable al ver que su madre no era capaz de pasar mucho tiempo viajando con su nuevo marido debido a ella.

Éste como regalo de bienvenida, le compró un mono-volumen. En la escuela, Bella fue bien acogida e hizo amigos enseguida. La primera vez que vio a Edward y a su familia fue durante el almuerzo del primer día. En la clase de biología, obligaron a Bella sentarse al lado de Edward ya que era el único asiento vacío en la clase. Él reaccionó extrañamente, haciéndole pensar que él la odiaba. No cambió de opinión hasta dos semanas más tarde, cuando Edward volvió a aparecer por la escuela.

Después de un tiempo, Bella adivina el secreto de Edward y lo acepta como un vampiro. Él salva varias veces su vida y se encarga desde entonces de mantenerla viva. Los dos se enamoran a pesar de las diferencias y dificultades que existen entre ellos.
Bella resulta fatalmente herida tras el ataque del vampiro James, pero
consigue salvarse cuando Edward bebe su sangre y detiene el veneno que haría que se convirtiera en vampiro. En su décimo octavo cumpleaños, Bella tuvo un corte con un papel y estuvo en grave peligro en la mansión de los Cullen. Por esta razón, Edward decidió dejarla. Bella estuvo en un estado casi catatónico durante semanas y solo se preocupaba de ir al
colegio y al trabajo. Decidió hacer cosas arriesgadas para “oír” la voz de Edward y se apuntó, con la ayuda de Jacob Black, a reconstruir una moto. Los dos se hicieron muy buenos amigos hasta que pareció que Jacob se había unido a una secta. Bella comprendió que Jacob y los otros chicos Quileutes eran hombres-lobo. Cuando Alice volvió a Forks, le contó a Bella que Edward pensaba que ella (Bella) había muerto y planeaba suicidarse. Las dos corrieron a Italia, donde detuvieron a Edward y fueron apresados por los Volturi. Volvieron a Forks con la promesa de que Bella se convertiría en vampiresa. Ya en casa, Edward aceptó transformar a Bella solo si antes ella se casaba con él.
Tras casarse e ir de luna de miel, Bella queda embarazada y un mes después da a luz a una niña a quien llaman Renesmee. El nacimiento de Renesmee trae muchos cambios en su vida y en su mundo, ya que de entrada el accidentado nacimiento de la niña, la lleva a ser convertida en vampiro y también a un conflicto con los Volturi que termina de buena forma. Actualmente, siguen viviendo en Forks y tienen una pequeña cabaña de piedra en el bosque, donde habitan ella, Edward y Renesmee.