Amelia vivió toda su vida con su padre ya que el y su madre se habían separado, vivían en la ciudad de los Ángeles en una casa cerca de la playa, allí creció feliz y rodeada de muchos lujos ya que su padre era un exitoso empresario. El siempre se preocupaba por su hija y la llenaba de cariño y cosas, Pero no todo era color de rosas, Amelia desconocía los negocios de su papa y se decía que este tenía nexos con la mafia. Un día cuando Ameliaestaba en el colegio entraron unos hombres y asesinaron a su papa ya que este les debía mucho dinero.

Cuando Amelia regreso del colegio encontró los carros de policía y una ambulancia al frente de su casa, sintió un gran vacío en el estomago “no es en mi casa” se decía a si misma” No puede ser! Comenzó a correr y cuando llego a la puerta vio una cinta amarilla que prohibía el paso, salto la cinta y entro a su casa con su corazón latiendo a mil, en la sala pudo ver, un hombre muerto tirado boca abajo, los médicos le dieron media vuelta y pudo ver el rostro de su papa. Fue lo último que vio ya que cayó desmayada.

Amelia durmió largo y tendido y se despertó con el olor a tocineta. “Espero que el este preparando tostadas francesas”, pensó. Su papa preparaba las mejores tostadas francesas que ella había probado. Su boca se hizo agua de solo pensar en eso. Abrió los ojos y vio que estaba acostada en una cama extraña. Se restregó los ojos y los cerro otra vez y deseo dormirse para siempre.

Permaneció acostada por un rato, sola y vacía, con un dolor en el corazón. El se había ido. Ya no estaba con ella. Odiaba la manera como la gente usaba esas palabras cuando no significaban del todo lo que querían decir. Cuando las personas se han ido, siempre hay una posibilidad de que regresen. Cuando están muertas, es otro asunto. Lloró de nuevo. ¿Cómo era posible que el estuviera muerto? ¿Cómo le había hecho eso a ella?

De pronto Amelia se encontró sollozando sin control. Se encontró a si misma buscando aire y luego la angustia fluyo hacia fuera. Todo su cuerpo empezó a temblar. No podía dejar de llorar. Todo paso muy rápido, por ser menor de edad no podía quedarse sola, así que era irse a vivir con su madre o ir a un hogar juvenil ¿Cuál de las dos era una peor opción? No sabía que hacer, pero al menos si iba con su mama no estaría tan aprisionada, aunque lo único que ella quería era que la tierra se la tragase.

Así fue como Amelia llego a Forks, vivir con su madre y empezar desde cero, no era algo muy prometedor pero al menos haría el esfuerzo, por su papa, por ella misma.