Lo primero que se debe saber sobre Bea al conocerle es su brutal honestidad. No importa si eres el presidente de los Estados Unidos, o un mendigo, Bea tiene la habilidad de dejar los sentimientos a un lado y decir las cosas como son, sin anestesia o lindas palabras que adornen la situación. Sencillamente es así porque desde muy pequeña se le enseñó. No era una niña "felíz" como el resto, por lo que jamás se le fue difícil encerrar sus sentimientos en una caja y seguir adelante(Menos en el fallecimiento de su madre). Lo cierto es que la muchacha que aparentemente es tan fuerte como una roca a veces destapa su caja de sentimientos, y cuando lo hace, es tan débil como cualquiera, o tal vez más.

Bea nunca ha tenido ningún tipo de experiencia amorosa, además de su primer beso con un rubio llamado Cameron en el kinder. Es una amante de las novelas románticas, y honestamente tiene la esperanza de que algún día un corazón débil como el de ella atraviese los límites de Forks, y se encuentre con las castaña que felicidad busca. Es una romántica empedernida, y sumamente fantasiosa, pero naturalmente, no le gustan las curislerías, el empalago.

Lo que más se podría recordar sobre la morena además de su elocuencia, es lo centrada y madura que es para una adolescente de diecisiete años. Generalmente a ésta edad todos se creen los hijos de Vicious, con sexo, drogas, y el Punk no está muerto. Bea no disfruta de las fiestas, y le incomoda hablar sobre sexo desde un punto no científico. En cuanto a las drogas, no crean curiosidad en la delgada chica. Para ella, lo más importante es la inteligencia, y no estaría dispuesta a colocar en riesgo su adorado cerebro sólo por sensaciones pasajeras.

Suena como la chica a la que llevarías a casa a comer ¿Cierto? ¡Y no sería una mala idea! A pesar de ser una solitaria, y aveces tan ácida como un limón, es sumamente carismática. Cualquier piso que pisa es prácticamente adorado, y cada vez que entra a una habitación recibe miradas. Le encanta. Desde siempre le ha gustado ser el centro de atención, pero odia cuando se enfoca en su apariencia. Bea, a pesar de ser muy hermosa, no hace más que maquillarse. Jamás se sometería a una dieta(pues es muy glotona) o se mataría en un gimnasio, ella prefiere matarse leyendo libros. No quiere decir que la chica sea un marimacho, es de lo más femenina, de hecho. Le encanta usar vestidos, y siempre que el clima en Forks lo permite, lo hace. De lo contrario, le da un giro femenino a los abrigos de su padre. Las faldas y las medias largas nunca faltan en su guardarropa.

En síntesis, Bea es un enredo, un maldito enredo lleno de contradicciones.

Citación :

Aaron Maddlock { Padre } Siempre la trató como la nena de papá que era. fue la única hija del matrimonio, por lo que no pudo evitar consentirla hasta el cansancio. Es un gran cardiólogo, pero gracias a su profesión no puede pasar demasiado tiempo en casa. Tiene su consulta en el hospital de Forks.

Charlotte Maddlock { Madre } No hay cosa que ame más a en este mundo que a su hija. Siente un gran orgullo de que la chica esté llegando a ser lo que ella jamás pudo. Es médico, al igual que Aaron. Es ginecóloga y tiene su consulta en el hospital de Forks.

No hay puntos demasiado interesantes en la historia de una pueblerina. ¿Pero quién dice que no debería esta ser relatada? ¿Quién dice que a estas alturas un cuento de niños no puede ser interesante?

Una sola frase define todo lo sucedido: Pueblo pequeño, infierno grande.
Cualquiera que ha vivido en un pueblo como Forks sabe que estar entre los límites de un territorio así puede sacarlo a uno de quicio.

Bea nació hace diecisiete años en las frías tierras de Vancouver, Candá. Es su lugar favorito en el mundo, y durante las vacaciones generalmente va a visitar a sus abuelos.Cuando tenía seis años y tres meses(lo recuerda a la perfección) sus padres decidieron mudarse a un pequeño pueblo en Washington, un pueblo que hasta tenía un nombre amenazante. Aún puede recordar la tristeza que sintió de dejar su lugar preferido, puede recordar como los vidrios del carro de sus padres se empañaban con el frío del lugar, al que se había acostumbrado gracias al frío canadiense, también recuerda el puchero de molestia que adornaba su rostro entonces. Desde pequeña la chica sabía que éste no era su lugar, que no tener amigos ni siquiera en la primaria no era algo normal. ¡Ella podía verlo! Podía ver como todos eran felices, como todos estaban complacidos por el suelo que pisaban, pero ella sentía absolutamente todo lo contrario. ¿Por que no podía ser feliz como los otros? ¿Por que fue tan diferente a los demás? ¿Por que se enfocaba en libros mientras que el resto de los adolescentes se la pasaba en fiestas?

Entonces entendió una cosa, estaba forzándose a encajar, cuando había nacido para resaltar.


Desde muy pequeña fue una niña modelo, nunca le soltaban un regaño y jamás ha recibido un castigo. Era la hija que cualquiera habría deseado tener, menos por su carácter. Ella dice que lo heredó de su padre, pero Aaron está en total desacuerdo. ¡Claro! Uno cuando se mira al espejo, no ve lo que realmente es.

Más de mil veces se nos ha repetido que la práctica hace al maestro, y precisamente éso fue lo que sucedió con la chica. Bea aprendió a sobrevivir en Forks, centrándose en lo que más quería; salir. Salir, para convertirse en médico y así hacer orgullosa a su madre. Por suerte, éste es su último año de secundaria. Éso implica que sólo son unos meses en el pueblo, meses que se podrían tornar sumamente divertidos, según lo que encuentre. No tiene ni la menor idea de que en el aburrido y odiado pueblo hay más material para un filme que en todo Hollywood.